David Guzik :: Eclesiastés 6 – La Riqueza No Puede Satisfacer

Eclesiastés 6 – La Riqueza No Puede Satisfacer

A. La debilidad de la riqueza

1. (Eclesiastés 6:1-2) Otros se pueden llevar la riqueza de uno.

Hay un mal que he visto debajo del cielo, y muy común entre los hombres: El del hombre a quien Dios da riquezas y bienes y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea; pero Dios no le da facultad de disfrutar de ello, sino que lo disfrutan los extraños. Esto es vanidad, y mal doloroso.

a. Hay un mal que he visto debajo del cielo: El Predicador aún habla a través de esta premisa debajo del sol.

b. El del hombre a quien Dios da riquezas y bienes y honra, y nada le falta…pero Dios no le da facultad de disfrutar de ello, sino que lo disfrutan los extraños: Salomón vio la tragedia de aquellos a quienes les es dado grandes dones de parte de Dios – pero éstos no tienen la oportunidad de disfrutar lo que Dios les da. Salomón entendió que esta era vanidad y un mal doloroso.

2. (Eclesiastés 6:3-6) La falta de significado de la vida que no va más allá de la muerte.

Aunque el hombre engendrare cien hijos, y viviere muchos años, y los días de su edad fueren numerosos; si su alma no se sació del bien, y también careció de sepultura, yo digo que un abortivo es mejor que él. Porque éste en vano viene, y a las tinieblas va, y con tinieblas su nombre es cubierto. Además, no ha visto el sol, ni lo ha conocido; más reposo tiene éste que aquél. Porque si aquél viviere mil años dos veces, sin gustar del bien, ¿no van todos al mismo lugar?

a. Aunque el hombre engendrare cien hijos, y viviere muchos años…si su alma no se sació del bien: El Predicador sabía que un hombre podía tener todas las apariencias de una buena vida – pero aún así no estar satisfecho con el bien.

i. “Uno podría tener aquello que los hombre sueñan – la cual en los términos del Antiguo Testamento significaba el tener hijos a granel, y tener tantos años de vida posibles – y aún así partir sin ser notado, y sin estar satisfecho.” (Kidner)

ii. “Como la ley de Moisés (vea. Gálatas 3:22), el Predicador esta tocando cada puerta, excepto la puerta de la fe.” (Eaton)

b. Yo digo que un abortivo es mejor que él: Esta es una declaración triste, una que podríamos obtener de alguien que haya sufrido, como Job (Job 3). Pero Salomón – con todas sus ventajas y bendiciones – sintió y conocía la misma desesperación que Job tuvo. La vida parecía no tener sentido, y él sintió que sería mejor que jamás hubiera nacido.

i. “El morir sin ser enterrado era la marca de un final despreciado y sin luto. Es mejor el extraviarse en el nacimiento que el extraviarse a través de toda la vida.” (Eaton)

c. Además, no ha visto el sol, ni lo ha conocido; más reposo tiene éste que aquél. Porque si aquél viviere mil años dos veces, sin gustar del bien: En la mente de Salomón, el niño abortivo – tan trágico como es – esta mejor que el hombre que conoce la decepción aplastante de la realización de no tener significado, aún si aquél viviere mil años.

d. ¿No van todos al mismo lugar? Salomón escribe con su perspectiva debajo del sol, y comparte mucha de la incertidumbre del Antiguo Testamento sobre la vida después de la muerte.

B. ¿De qué sirve todo?

1. (Eclesiastés 6:7-9) Sufriendo bajo la insatisfacción.

Todo el trabajo del hombre es para su boca,

y con todo eso su deseo no se sacia.

Porque ¿qué más tiene el sabio que el necio?

¿Qué más tiene el pobre que supo caminar entre los vivos?

Más vale vista de ojos que deseo que pasa.

Y también esto es vanidad y aflicción de espíritu.

a. Todo el trabajo del hombre es para su boca, y con todo eso su deseo no se sacia: El hombre trabaja por el pan que come, pero esto no satisface su alma. Salomón percibió lo que Moisés ya había dicho y lo que Jesús repitió después: No solo de pan vivirá el hombre (Deuteronomio 8:3, Mateo 3:4).

b. ¿Qué más tiene el sabio que el necio? La sabiduría por si sola no puede satisfacer el estomago de un hombre hambriento. Y toda la superioridad del sabio comparado con el necio, a los dos les da hambre. El ser sabio no es tan ventajoso como se pensaba.

i. “Las necesidades de la vida son las mismas para los dos, y su condición en la vida es casi similar; propensos a las mismas enfermedades, disolución y muerte.” (Clarke)

c. Más vale vista de ojos que deseo que pasa: El predicador sabía que en un mundo de tal incertidumbre y ausencia de significado, eso que puede ver alguien es siempre mejor que aquello que alguien simplemente desea.

2. (Eclesiastés 6:10-12) La inutilidad de la sensación de que nada puede hacerlo mejor

Respecto de lo que es, ya ha mucho que tiene nombre,

y se sabe que es hombre

y que no puede contender con Aquel que es más poderoso que él.

Ciertamente las muchas palabras multiplican la vanidad.

¿Qué más tiene el hombre?

Porque ¿quién sabe cuál es el bien del hombre en la vida, todos los días de la vida de su vanidad, los cuales él pasa como sombra? Porque ¿quién enseñará al hombre qué será después de él debajo del sol?

a. Respecto de lo que es, ya ha mucho que tiene nombre: Esto es un punto de vista fatalista de la soberanía de Dios. La idea es de que Dios esta completamente en control, y sea lo que uno es, es debido a que el Dios todo poderoso le ha dado ese nombre.

i. “Ya que Dios es supremo, él seguramente a predestinado todo y a hecho al hombre muy débil para que pueda resistirlo. El razonar, quejarse, y el argumentar no traerá respuesta, y esto conducirá a una frustración mayor.” (Wright)

b. No puede contender con Aquel que es más poderoso que él: La gran frustración de Salomón esta enraizada en el entendimiento de que el hombre es hombre, Dios es Dios, y el hombre jamás podrá de una manera exitosa contender con Aquel que es más poderoso que él.

i. Muchos hoy en día se rehusan a saber lo que el Predicador sabías. Ellos piensan que cuando se enfrenten a Dios (abandonando la premisa de Salomón de debajo del sol) ellos de hecho contenderán con Aquel, y le dirán a Dios una o dos cosas. Tales están seriamente y tristemente engañados.

ii. “Dios va a tener lo mejor de aquellos que contienden con él; y su única razón le dirá que no adecuado que Dios deba derribar los escudos primero: y que mientras el hombre más vadee, más se mojará.” (Trapp)

c. Ciertamente las muchas palabras multiplican la vanidad. ¿Qué más tiene el hombre? El Predicador sintió que la vida era un juego que no podía ser ganado. Había muchas cosas que multiplican la vanidad la cual haría al final que el hombre no fuera mejor.

i. “Evidentemente la forma de pensar del predicador es mientras más posea un hombre debajo del sol, entonces más profunda será su consciencia de la vanidad y de la vejación de todo ello.” (Morgan)

d. Porque ¿quién sabe cuál es el bien del hombre en la vida? A veces pensamos que es bueno para nosotros; ¿pero en realidad lo sabemos? En el curso de una vida, que es mejor: ¿Riqueza o pobreza? ¿Salud o enfermedad? ¿Fama o anonimato? Muchos que han tenido lo que comúnmente se piensa como bien no son los mejores para ello.

e. Todos los días de la vida de su vanidad, los cuales él pasa como sombra. Porque ¿quién enseñará al hombre qué será después de él debajo del sol? Salomón miró la vida y parecía vanidad y una sombra. él miró la muerte y solamente vio oscuridad e incertidumbre. Hasta este punto hay poco alivio de la tragedia de la insignificancia de la vida (y la muerte) debajo del sol.

i. “Así que el capítulo terminará con un final deprimente e incierto, muy adecuado para el propio estado del hombre solo.” (Kidner)

ii. Podemos explicar la falta del conocimiento después de la vida de Salomón al entender el principio de 2 Timoteo 1:10: que Cristo Jesús sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio. El entendimiento de la inmortalidad, en el mejor de los casos, estaba empañado en el Antiguo Testamento, pero esta más claro en el Nuevo Testamento. Por ejemplo, podemos decir que Jesús sabía por entero sobre lo que él hablaba cuando describió el infierno y el juicio (como en Mateo 25:41-46). Por lo tanto confiamos en el Nuevo Testamento para nuestro entendimiento de la vida después de la muerte, mucho más que con el Antiguo.

iii. También entendemos que esto de ninguna manera se lleva la verdad de la Biblia y del Libro de Eclesiastés. Lo que es cierto es que Salomón en realidad escribió esto y en realidad lo creía (con su premisa de debajo del sol); la verdad de la declaración misma debe ser evaluada de acuerdo al resto de la Biblia.

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