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David Guzik :: Jueces 11 – Jefté y los Amonitas

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Jueces 11 – Jefté y los Amonitas

A. Jefté negocia con los Amonitas.

1. (Jueces 11:1-3) El trasfondo de Jefté antes de su levantamiento al liderazgo.


Jefté galaadita era esforzado y valeroso; era hijo de una mujer ramera, y el padre de Jefté era Galaad. Pero la mujer de Galaad le dio hijos, los cuales, cuando crecieron, echaron fuera a Jefté, diciéndole: No heredarás en la casa de nuestro padre, porque eres hijo de otra mujer. Huyó, pues, Jefté de sus hermanos, y habitó en tierra de Tob; y se juntaron con él hombres ociosos, los cuales salían con él.

a. Jefté galaadita era esforzado y valeroso: Este hombre esforzado y valeroso tenía un trasfondo muy turbio. Su madre fue una ramera, una prostituta pagana común.

i. El área de Galaad era la parte de Israel que estaba al este del Río Jordán, el cual comprendía el territorio de Rubén, Gad, y la media tribu de Manasés. Coincidentemente, el padre de Jefté también era llamado Galaad.

b. Huyó, pues, Jefté de sus hermanos, y habitó en tierra de Tob: Rechazado por su familia debido a su linaje ilegítimo, Jefté habitó en esta área, en lo que sería Siria de nuestros tiempos.

i. Aunque fue rechazado por su familia, Dios bendijo y utilizó a Jefté. Cómo Dios hizo la elección de una persona como esta para ser un libertador de su pueblo; y que le hubiera registrado entre otros dignos, famosos por su fe (Hebreos 11). Esto es para el consuelo de los bastardos, si son creyentes, y nacidos de Dios (Juan 1:12-13).” (Trapp)

ii. “La cosa que nosotros enfatizamos es lo que Dios no contó por el mal que él no era responsable, una descalificación. Él le levantó; Él le dio Su Espíritu; Él empleó para liberar a Su pueblo en la hora de necesidad.” (Morgan)

iii. “Tob ha sido tentativamente identificada con la moderna el-Taiyibe, cerca de 15 millas al este y noroeste de Ramot-Galaad, en el área desolada que esta justamente fuera de la frontera oriental de Israel, y la frontera noroeste de Amón.” (Cundall)

b. Se juntaron con él hombres ociosos, los cuales salían con él: Jefté no fue necesariamente el líder de una banda de criminales. Adam Clarke explica que el término hombres ociosos no significa necesariamente un bandido. La palabra puede, sin embargo, significar en su lugar personas pobres, sin propiedad y sin empleo.”

i. “Él y su banda probablemente operaba más a la manera de David y su grupo (los cuales aparecieron años después), protegiendo ciudades y asentamientos de los merodeadores.” (Wood) David hizo esto en el tiempo descrito en 1 Samuel 25:4-8, recibiendo paga de aquellos que él ayudaba. Es también posible que ellos solamente despojaban a las aldeas de los pueblos enemigos, tales como los Amonitas.

2. (Jueces 11:4-8) Los ancianos de Galaad llaman al liderazgo de Galaad.


Aconteció andando el tiempo, que los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel. Y cuando los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel, los ancianos de Galaad fueron a traer a Jefté de la tierra de Tob; y dijeron a Jefté: Ven, y serás nuestro jefe, para que peleemos contra los hijos de Amón. Jefté respondió a los ancianos de Galaad: ¿No me aborrecisteis vosotros, y me echasteis de la casa de mi padre? ¿Por qué, pues, venís ahora a mí cuando estáis en aflicción? Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Por esta misma causa volvemos ahora a ti, para que vengas con nosotros y pelees contra los hijos de Amón, y seas caudillo de todos los que moramos en Galaad.

a. Los hijos de Amón hicieron guerra contra Israel: La nación de Amón, los Amonitas, vivían al sur de Israel. Éstos eran un grupo semi-nómada que descendieron del sobrino de Abraham, Lot.

i. ¿Por qué, pues, venís ahora a mí cuando estáis en aflicción? “¿No puede decir Dios justamente como la mayoría de nosotros? A menudo le buscamos cuando más le necesitamos.” (Trapp)

b. Ven, y serás nuestro jefe, para que peleemos contra los hijos de Amón: Debido a la crisis de los Amonitas, los líderes de Galaad estaban desesperados por un líder hábil, y ellos voltearon hacia Jefté. Ellos estaban dispuestos a darles la autoridad como el jefe sobre Galaad.

3. (Jueces 11:9-11) La respuesta de Jefté hacia los líderes de Galaad.


Jefté entonces dijo a los ancianos de Galaad: Si me hacéis volver para que pelee contra los hijos de Amón, y Jehová los entregare delante de mí, ¿seré yo vuestro caudillo? Y los ancianos de Galaad respondieron a Jefté: Jehová sea testigo entre nosotros, si no hiciéremos como tú dices. Entonces Jefté vino con los ancianos de Galaad, y el pueblo lo eligió por su caudillo y jefe; y Jefté habló todas sus palabras delante de Jehová en Mizpa.

a. Si me hacéis volver para que pelee contra los hijos de Amón, y Jehová los entregare delante de mí, ¿seré yo vuestro caudillo? Jefté solamente asumiría el liderazgo en dicha crisis si también él quedara como líder después de la crisis. Él no quería ser rechazado otra vez como un hombre insignificante.

b. Delante de Jehová en Mizpa: Este era el mismo lugar adonde el famoso acuerdo entre Labán y Jacob fue hecho (Génesis 31:43-50). La idea de Mizpa (“guardia”) es, “Si haces de otra manera de acuerdo con esta promesa, Dios lo verá y Él castigara.”

4. (Jueces 11:12-13) Jefté negocia con el Rey de los Amonitas.


Y envió Jefté mensajeros al rey de los amonitas, diciendo: ¿Qué tienes tú conmigo, que has venido a mí para hacer guerra contra mi tierra? El rey de los amonitas respondió a los mensajeros de Jefté: Por cuanto Israel tomó mi tierra, cuando subió de Egipto, desde Arnón hasta Jaboc y el Jordán; ahora, pues, devuélvela en paz.

a. ¿Qué tienes tú conmigo, que has venido a mí para hacer guerra contra mi tierra? Jefté hizo una pregunta sencilla: ¿porqué estas en la tierra de Israel? Quizás toda la disputa se podría resolver por medio de negociaciones y diplomacia en lugar de la guerra.

b. Por cuanto Israel tomó mi tierra, cuando subió de Egipto: El rey de Amón dio una simple respuesta, al decir que ellos estaban en Israel porque en realidad era su propia tierra, y que Israel se las quitó injustamente.

5. (Jueces 11:14-28) La respuesta de Jefté hacia el Rey de los Amonitas.


Y Jefté volvió a enviar otros mensajeros al rey de los amonitas, para decirle: Jefté ha dicho así: Israel no tomó tierra de Moab, ni tierra de los hijos de Amón. Porque cuando Israel subió de Egipto, anduvo por el desierto hasta el Mar Rojo, y llegó a Cades. Entonces Israel envió mensajeros al rey de Edom, diciendo: Yo te ruego que me dejes pasar por tu tierra; pero el rey de Edom no los escuchó. Envió también al rey de Moab, el cual tampoco quiso; se quedó, por tanto, Israel en Cades. Después, yendo por el desierto, rodeó la tierra de Edom y la tierra de Moab, y viniendo por el lado oriental de la tierra de Moab, acampó al otro lado de Arnón, y no entró en territorio de Moab; porque Arnón es territorio de Moab. Y envió Israel mensajeros a Sehón rey de los amorreos, rey de Hesbón, diciéndole: Te ruego que me dejes pasar por tu tierra hasta mi lugar. Mas Sehón no se fió de Israel para darle paso por su territorio, sino que reuniendo Sehón toda su gente, acampó en Jahaza, y peleó contra Israel. Pero Jehová Dios de Israel entregó a Sehón y a todo su pueblo en mano de Israel, y los derrotó; y se apoderó Israel de toda la tierra de los amorreos que habitaban en aquel país. Se apoderaron también de todo el territorio del amorreo desde Arnón hasta Jaboc, y desde el desierto hasta el Jordán. Así que, lo que Jehová Dios de Israel desposeyó al amorreo delante de su pueblo Israel, ¿pretendes tú apoderarte de él? Lo que te hiciere poseer Quemos tu dios, ¿no lo poseerías tú? Así, todo lo que desposeyó Jehová nuestro Dios delante de nosotros, nosotros lo poseeremos. ¿Eres tú ahora mejor en algo que Balac hijo de Zipor, rey de Moab? ¿Tuvo él cuestión contra Israel, o hizo guerra contra ellos? Cuando Israel ha estado habitando por trescientos años a Hesbón y sus aldeas, a Aroer y sus aldeas, y todas las ciudades que están en el territorio de Arnón, ¿por qué no las habéis recobrado en ese tiempo? Así que, yo nada he pecado contra ti, mas tú haces mal conmigo peleando contra mí. Jehová, que es el juez, juzgue hoy entre los hijos de Israel y los hijos de Amón. Mas el rey de los hijos de Amón no atendió a las razones que Jefté le envió.

a. Israel no tomó tierra de Moab, ni tierra de los hijos de Amón: La respuesta escrita de Jefté hacia el Rey de los Amonitas explicó cuidadosamente el porque Israel tenía el derecho de las tierras las cuales los Amonitas reclamaban que eran de ellos.

b. Y se apoderó Israel de toda la tierra de los amorreos que habitaban en aquel país: Jefté le recordó al rey de los Amonitas que ya que los Amorreos habían conquistado a los Amonitas y tomaron control de su tierra. Cuando Israel derrotó a los Amorreos en la batalla, ellos simplemente tomaron la tierra de los Amorreos – la cual también era anteriormente la tierra de los Amonitas. La guerra en contra de los Amorreos fue incitada por la viciosa guerra de los Amorreos en contra de civiles Israelíes.

c. Así que, lo que Jehová Dios de Israel desposeyó al amorreo delante de su pueblo Israel, ¿pretendes tú apoderarte de él? Jefté argumentó que ya que Dios le dio esta tierra a Israel, los Amonitas no la reclamaron.

d. Lo que te hiciere poseer Quemos tu dios, ¿no lo poseerías tú? Jefté argumentó que el dios Quemos de los Amonitas se mostrara a si mismo digno para conquistar la tierra de Israel. Ya que Israel tuvo esta tierra por trescientos años, demostraba que Quemos no era más grande que el Dios de Israel.

i. “Los trescientos años es notablemente cerca al total de las figuras de los Jueces y los periodos de opresión dados hasta este punto. La figura exacta es de 319 años.” (Cundall)

ii. Este era un reto inherente: “Si tu dios es lo suficientemente poderoso para darte la tierra, entonces deja que lo haga. Veremos quien es más fuerte – Yahveh o Quemos.”

iii. Jefté no vio primeramente esta batalla entre dos ejércitos, sino entre el Dios de Israel y el dios falso de Amón. Jefté mostró verdadera sabiduría al ver esto primero como una batalla espiritual.

iv. Quemos tu dios: Quemos era tradicionalmente el dios de los Moabitas, no de los Amonitas. Pero ellos pudieron haber adorado a los dioses de cada quien, y también quizás consideraban a Quemos y a Milcom como al mismo dios pero con nombres diferentes

e. Mas el rey de los hijos de Amón no atendió a las razones que Jefté le envió: La respuesta lógica y razonable de Jefté no tuvo efecto sobre el Rey de Amón. La guerra era por lo tanto inevitable.

B. Victoria y un voto

1. (Jueces 11:29) Jefté reúne tropas y avanza valientemente hacia Amón.


Y el Espíritu de Jehová vino sobre Jefté; y pasó por Galaad y Manasés, y de allí pasó a Mizpa de Galaad, y de Mizpa de Galaad pasó a los hijos de Amón.

a. Y el Espíritu de Jehová vino sobre Jefté: Esta era la fuente de la valentía de Jefté y puede ser la fuente del coraje para nosotros también. Cuando somos acosados por temores y ansiedades, necesitamos llenar nuestras vidas con Jesús y ser llenos con el Espíritu Santo.

b. Pasó a los hijos de Amón: La llenura del Espíritu nos hace avanzar. Vamos hacia adelante en el sentido de progreso espiritual, y vamos hacia adelante en el sentido de confrontar a los enemigos de Dios.

2. (Jueces 11:30-31) Jefté hace un voto apresurado, pensando que ayudaría su causa delante de Dios.


Y Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: Si entregares a los amonitas en mis manos, cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme, cuando regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto.

a. Jefté hizo voto a Jehová: Aunque bien intencionado, este fue un voto necio. Tales votos pueden ser intentos de manipular a Dios o el ponerle bajo obligación hacia nosotros. Es más importante estar del lado de Dios que el intentar persuadirlo para estar de nuestro lado.

i. Aún un hombre lleno del Espíritu puede hacer cosas necias. El Espíritu Santo no nos abruma y controla, Él nos guía – y esa guía puede ser resistida o ignorada en puntos pequeños o más grandes.

ii. “No hay necesidad de sobornar la ayuda de Dios, como Jefté lo hizo, por su promesa apresurada. Él dará con gusto y libremente de Su propio corazón de amor la ayuda y liberación que necesitamos, si tan sólo nuestro camino esta ordenado correctamente delante de Él.” (Meyer)

b. Cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme... lo ofreceré en holocausto: Jefté no tenía un sacrificio humano en mente. Esto esta indicado por la antigua gramática Hebrea: “El género masculino puede ser traducido a ‘sea lo que salga’ o ‘quien sea que salga’ y ‘lo sacrificaré.’ ” (Wolf)

i. El comentarista Adam Clarke estaba de acuerdo que según los eruditos Hebreos más precisos, la mejor traducción es Lo consagraré a Jehová, o lo ofreceré para el holocausto. Como él escribió, “Si es algo apto para el holocausto, será hecho así; si es apto para el servicio de Dios, será consagrado hacia él.”

ii. El sacrificio humano estaba estrictamente prohibido por la Ley Mosaica en pasajes como Levíticos 18:21 y Deuteronomio 12:31. Es casi certero que Jefté estaba familiarizado con tales pasajes debido a que él negoció con los Amonitas y demostró que conocía la Palabra de Dios.

3. (Jueces 11:32-33) Dios le concede a Israel la victoria sobre los Amonitas.


Y fue Jefté hacia los hijos de Amón para pelear contra ellos; y Jehová los entregó en su mano. Y desde Aroer hasta llegar a Minit, veinte ciudades, y hasta la vega de las viñas, los derrotó con muy grande estrago. Así fueron sometidos los amonitas por los hijos de Israel.

a. Y Jehová los entregó en su mano: Dios ganó una gran e importante victoria por Israel por medio de Jefté. Él superó la amargura y el rechazo de familia para satisfacer una gran necesidad. A pesar de su difícil pasado, Dios le utilizó de una manera maravillosa.

b. Así fueron sometidos los amonitas por los hijos de Israel: Esta fue otra victoria para Israel ganada bajo el liderazgo del juez lleno del Espíritu.

4. (Jueces 11:34-35) Un voto difícil de cumplir.


Entonces volvió Jefté a Mizpa, a su casa; y he aquí su hija que salía a recibirle con panderos y danzas, y ella era sola, su hija única; no tenía fuera de ella hijo ni hija. Y cuando él la vio, rompió sus vestidos, diciendo: ¡Ay, hija mía! en verdad me has abatido, y tú misma has venido a ser causa de mi dolor; porque le he dado palabra a Jehová, y no podré retractarme.

a. Cuando él la vio, rompió sus vestidos: Jefté hizo su necio voto sinceramente, con la intención de mantenerlo enteramente. Pero él no consideró seriamente las consecuencias del voto. Por lo tanto, él se entristeció cuando su hija fue la primera en saludarle fuera de su casa.

b. Le he dado palabra a Jehová, y no podré retractarme: El voto de Jefté fue necio, y él no debió guardarlo. Él no tenía derecho de castigar o afligir a su hija de cualquier forma debido al voto que hizo con Dios.

i. Fue una cosa el hacer y el guardar el voto cuando Jefté creyó que una vaca o una oveja saldría de la casa cuando él llegara; pero cuando su hija salió él debió decir inmediatamente, “He hecho un voto necio, y sería más pecaminoso para mí el guardarlo que el romperlo. Me arrepentiré delante de Dios por mi necio voto.”

ii. “Él había hecho un voto arrebatado, y tales cosas son mejor romperse que guardarlas. Si un hombre hace un voto para cometer un crimen, el voto para hacerlo es en si mismo un pecado, y el llevar a cabo el voto será sin duda pecaminoso. Si el voto de un hombre para hacer algo es necesario y correcto para que él lo haga, entonces toda la ley moral podría ser suspendido por un mero acto de votos, pues un hombre puede hacer el voto de robar, o cometer adulterio, o asesinar, y después decir, ‘Yo estaba correcto en todos esos actos, porque hice voto de hacerlos.’ Esto es auto evidentemente absurdo, y el admitir tal principio sería el destruir toda la moralidad.” (Spurgeon)

iii. Eclesiastés 5:1-2 y 5:4-6 habla del peligro de hacer votos necios. Este pasaje pone en claro que es mejor el no hacer un voto que el hacer un voto necio. Esto no significa que los votos sean malos – éstos pueden ser buenos. Esto significa que debemos de tomarlos en serio. Los Cristianos necesitan tomar en serio el pecado de los votos quebrantados, y cuando los vemos debemos de arrepentirnos y guardarlos, o arrepentirnos de la necedad de haber hecho el voto, y buscar la liberación de Dios hacia el voto.

c. Le he dado palabra a Jehová, y no podré retractarme: Al mismo tiempo, por el bien del principio solamente, había algo maravilloso sobre el espíritu de la voluntad de Jefté para mantener sus votos, aún cuando le costara algo. En el voto en específico él fue necio y no debió guardarlo, pero la tenacidad del carácter dice, “le he dado palabra a Jehová, y no podré retractarme” es gloriosa y debiera ser la palabra de cualquier seguidor de Cristo Jesús.

i. Como seguidores de Cristo Jesús, la declaración de Jefté nos recuerda lo que hemos hecho: le he dado palabra a Jehová.

· Hemos confesado nuestra fe en Cristo Jesús.

· Hemos declarado que somos seguidores y discípulos de Cristo Jesús.

· Hemos alabado a Dios con nuestros cantos y palabras.

· Hemos proclamado nuestra parte junto con el pueblo de Dios

ii. Como seguidores de Cristo Jesús, la declaración de Jefté nos recuerda lo que no podemos hacer: no podré retractarme.

· No nos podemos retractar aún cuando seamos perseguidos.

· No nos podemos retractar aún cuando se burlen de nosotros.

· No nos podemos retractar, ni siquiera en lo más mínimo.

· El retractarnos podría mostrar que nuestra fe siempre fue falsa.

· El retractarnos traería desgracia a la obra de Jesús en la cruz.

· El retractarnos abandonaría la recompensa celestial.

· El retractarnos no tendría sentido.

5. (Jueces 11:36-40) Jefté cumple su voto con Dios.


Ella entonces le respondió: Padre mío, si le has dado palabra a Jehová, haz de mí conforme a lo que prometiste, ya que Jehová ha hecho venganza en tus enemigos los hijos de Amón. Y volvió a decir a su padre: Concédeme esto: déjame por dos meses que vaya y descienda por los montes, y llore mi virginidad, yo y mis compañeras. Él entonces dijo: Ve. Y la dejó por dos meses. Y ella fue con sus compañeras, y lloró su virginidad por los montes. Pasados los dos meses volvió a su padre, quien hizo de ella conforme al voto que había hecho. Y ella nunca conoció varón. Y se hizo costumbre en Israel, que de año en año fueran las doncellas de Israel a endechar a la hija de Jefté galaadita, cuatro días en el año.

a. Quien hizo de ella conforme al voto que había hecho: Algunos piensan que Jefté en realidad ofreció a su hija en holocausto. Si él lo hizo, esto fue exactamente un ejemplo de celo equivocado para con Dios, porque Dios jamás le pidió que hiciera un voto tan necio, o que lo cumpliera de una manera necia.

i. Después, en su historia, Israel comenzó a servir a un terrible dios pagano llamado Moloc, quien era apaciguado con sacrificios de infantes de la manera más terrible. Dios nunca pidió el ser servido de esta terrible manera, y por lo tanto, la culpa no se le puede imputar a Dios.

b. Ella fue con sus compañeras, y lloró su virginidad... ella nunca conoció varón: Estas palabras indican que fue más probable que Jefté apartara a su hija para el servicio del tabernáculo, de acuerdo con el principio de Levíticos 27:2-4, donde las personas apartadas para Dios en un voto no eran requeridas a ser sacrificadas (como lo eran los animales) sino que eran “dados” al tabernáculo en su valor monetario.

i. Sabemos que había mujeres que eran apartadas para el servicio del tabernáculo; éstas eran llamadas las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de reunión (Éxodo 38:8; 1 Samuel 2:22). Es más común que la hija de Jefté se convirtió en una de estas mujeres que servían en el tabernáculo.

ii. Su hija y sus amigas se entristecieron con razón de que ella fuera dada al servicio del tabernáculo antes de que ella se pudiera casar. Probablemente la mayoría de las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo eran viudas mayores.

iii. Al enviar a su única hija, sin casar, al servicio del tabernáculo por el resto de su vida, muestra que tan en serio Jefté y su hija tomaron su promesa para Dios.

iv. Muchos comentaristas se oponen y no ven otra opción que el decir que Jefté de una manera horrible cumplió su voto al realizar el sacrificio humano de su propia hija. “El intento de conmutar la sentencia de muerte a aquella de virginidad perpetua no puede ser sostenida.” (Cundall)

v. Pero su compromiso de ser una de las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo parece la mejor explicación debido a que Jefté esta enlistado como un héroe de la fe (Hebreos 11:32). Es difícil el creer que él hizo algo contrario a las maneras de Dios al ofrecer a su hija como un sacrificio humano, y aún ser mencionado como un hombre de fe en Hebreos 11.

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