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David Guzik :: Juan 15 – El Jesús que partió enseña a Sus discípulos sobre la vida en Él

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Juan 15 – El Jesús que partió enseña a Sus discípulos sobre la vida en Él

A. Una vez que Jesús se ha ido, ellos deben permanecer en Él y llevar fruto.

1. (Juan 15:1-3) Jesús: la vid verdadera.


Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.

a. Yo soy la vid verdadera: Puede que Jesús haya dicho esto al ver, o al pasar por la gran vid dorada que estaba frente al templo. Esta vid simbolizaba a la nación de Israel, porque la vid es un conocido símbolo de Israel en el Antiguo Testamento. (Salmos 80:8-9) aunque seguido se utiliza como un símbolo negativo (Isaías 5:1-2,7 y Jeremías 2:21.)

b. En contraste, Jesús es la vid verdadera. Debemos estar arraigados a Él, no a Israel, si queremos llevar buen fruto para Dios.

c. Todo pámpano en mi: Las ramas (pámpanos) que se quitan nunca estaban realmente arraigadas a la vid. Las que llevan fruto son limpiadas (no “quitadas” o podadas), y eso a través de la Palabra.

i. Todo aquel que lleva fruto, lo limpiará: Esta palabra limpiará es traducida como podará en otras traducciones. Se usó la misma palabra que aplica a “limpiar” o “podar” en el griego antiguo.

ii. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado: La palabra de Dios es un agente limpiador. Condena el pecado, inspira santidad, promueve crecimiento, revela poder para victoria.

iii. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará: Boice cree que la palabra griega antigua airo, traducida aquí como “quitará” sería más correctamente traducida como “levanta,” La idea es que el Padre levanta del suelo ramas improductivas (como se hace en el cultivo de la vid) para que reciban más sol y puedan dar fruto.

2. (Juan 15:4-8) La relación vital entre la vid y la rama.


Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.

a. Permaneced en mí y yo en vosotros: El dar fruto es imposible sin el permanecer; pero es inevitable, al permanecer. La cantidad y calidad del fruto puede variar, pero el fruto será inevitable.

i. El propósito de la rama es dar fruto. La gente no cultiva uvas para admirar sus lindas hojas. Ellos se toman la molestia de cultivar, plantar, regar y cuidar la vid para poder disfrutar el fruto. En este sentido, podemos decir que el fruto representa el carácter Cristiano (como el fruto del Espíritu en Gálatas 5.)

ii. Fruto también implica una reproducción inherente. Virtualmente cada pieza de fruto contiene semillas, semillas que tienen el propósito de reproducir más fruto.

b. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará: ¿Qué estaba Jesús diciendo aquí? Existen, básicamente, tres puntos de vista en relación a lo que este pasaje dice con relación a la posición del creyente en Jesús.

i. El primero considera que echado fuera como pámpano son quienes, aunque alguna vez fueron creyentes, terminan en el infierno por falta de fruto. Alguna vez fueron salvos, pero ahora son echados fuera.

ii. El segundo punto de vista es que echado fuera como pámpano son pseudocristianos quienes realmente nunca permanecieron en Jesús, y por lo tanto van al infierno (como Judas.)

iii. El tercero ve los pámpanos echados fuera como Cristianos sin fruto quienes viven vidas desperdiciadas –sin sentido- (como Lot.)

c. El que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto: Hay una manera sencilla de evitar ser echado fuera como pámpanos, quienes son los que no permanecen en mí, dijo Jesús. Si permanecemos en Jesús, tenemos completa confianza y seguridad.

i. El verdaderamente llevar mucho fruto puede solo determinarse a lo largo de un período largo de tiempo. “Una conversión genuina no se mide por una decisión repentina sino por un período largo de estar produciendo fruto.” (Erdman) Este principio es demostrado en la Parábola del Sembrador (Mateo 13.)

d. Pedid todo lo que queréis, y os será hecho: Una oración contestada es el privilegio de permanecer muy cerca; encontramos que nuestras oraciones están de acuerdo a la voluntad de Jesús.

e. En esto es glorificado mi Padre: El propósito de llevar fruto es traer gloria a Dios, no al hombre. Si la gente ve nuestras vidas y nos “alaba” por nuestro glorioso fruto, algo está mal. El propósito absoluto es glorificar a Dios.

B. Una vez que Jesús se ha ido, ellos deben amarse unos a otros aun más.

1. (Juan 15:9-11) La conexión entre amor y obediencia.


Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.

a. Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor: Sabemos que permanecemos en el amor de Dios a través de la obediencia, no por nuestras místicas experiencias.

b. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido: Cuando fallamos en permanecer en el amor de Jesús, y por lo tanto fallamos en guardar Sus mandamientos, entonces no tenemos la llenura de gozo que El promete a aquellos que permanecen en Su amor y obediencia.

i. “Nadie es tan miserable como un Cristiano quien por un tiempo tambalea en su obediencia. No ama el pecado tanto como para disfrutar sus placeres, ni ama a Cristo tanto como para saborear la santidad. Percibe que su rebelión es inicua, pero la obediencia parece no apetecerle. No más se siente a gusto en el mundo, pero su recuerdo de pasadas relaciones y las exasperantes letras de su antigua música le previenen el cantar con los santos. Es alguien a quien se le debe tener lástima; nunca más podrá permanecer ambivalente.” (Carson)

ii. Inicia con permanecer en el amor de Jesús; gran parte de nuestro vivir Cristiano a un bajo nivel viene porque no estamos convencidos del amor de Dios por nosotros. Esto es, en parte, lo que mantuvo a Israel en Cades-barnea, fuera de la Tierra Prometida. (Deuteronomio 1:27)

c. Si guardareis mis mandamientos: El principal mandamiento para obedecer es amaros unos a otros (Juan 13:34), y aunque los Cristianos están listos para describir las delicias de amor en los nuevos cielos y la nueva tierra, seguido todavía acumulamos resentimientos, animosidades y amarguras aquí abajo. Un antiguo poema lo describe bien:

· Vivir arriba con aquellos que amas: Gloria sin diluir

· Vivir abajo con aquellos que conoces: Es otra historia

d. Para que mi gozo esté en vosotros: Cuando pensamos en el gozo de Jesús, entendemos que no es lo mismo que cuando pensamos en “felicidad” o “emoción.” El gozo de Jesús no es el placer de una vida de comodidad; es el regocijo de estar bien con Dios y conscientemente caminar en Su amor y cuidado. Podemos tener ese gozo y tenerlo como una presencia permanente.

e. Y vuestro gozo sea cumplido: Este es el resultado de permanecer en el amor de Jesús y la obediencia fluirá al permanecer en esa relación.

2. (Juan 15:12-17) Jesús habla de la magnitud de Su amor para que ellos lo imiten.


Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. Esto os mando: Que os améis unos a otros.

a. Que os améis unos a otros, como yo os he amado: A ellos se les manda amar de una manera particular, de acuerdo a la manera que Jesús amó (como yoos he amado). ¿Cómo era el amor de Jesús?

b. Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos: Es un amor que pondrá su vida por otros; es un amor que trata a siervos como amigos.

i. “El amigo es un confidente quien comparte el conocimiento del propósito de su superior y voluntariamente lo adopta como propio.” (Tenney)

ii. La diferencia entre siervo y amigo no se basa en diligente obediencia o desobediencia (ni siquiera en obediencia casual). La diferencia se basa en entendimiento o falta de entendimiento. Ya que los amigos llevan una relación cercana, entienden; cosa que los siervos no hacen.

c. No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros: Es un amor que se basa en elección Divina; un amor que toma la iniciativa. Jesús introduce este pensamiento justo en el punto en que los discípulos se podrían sentir orgullosos de ser amigos de Jesús, llevando gran fruto para Dios.

C. Una vez que Jesús se ha ido, ellos deben estar preparados para sufrir persecución en el mundo.

1. (Juan 15:18-25) Los discípulos pueden esperar persecución de un mundo antagónico.


Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado. Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado. El que me aborrece a mí, también a mi Padre aborrece. Si yo no hubiese hecho entre ellos obras que ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; pero ahora han visto y han aborrecido a mí y a mi Padre. Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron.

a. Si el mundo os aborrece: Las bendiciones de vivir una vida que lleva fruto, la unión con Jesús, el gozo y la oración contestada se contrastan con la amenaza de persecución.

b. A mí me ha aborrecido antes que a vosotros: Como Cristianos, podemos enfrentar lo peor, reconocer que Jesús pasó por eso primero y después continuar adelante.

i. Este espíritu se refleja en las palabras del moribundo William Borden, quién entregó su vida por Jesús en el campo misionero: “Ninguna reserva; ninguna retirada; ningún remordimiento.”

c. Sin causa me aborrecieron: No existe ninguna causa para que el mundo haya odiado a Jesús y a Sus seguidores de la manera que lo hizo. Pero el mundo odia porque su pecado es expuesto, y porque no conocen al Padre ni al Hijo.

2. (Juan 15:26-27) El testimonio del Espíritu Santo y de los discípulos.


Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio.

a. Vosotros daréis testimonio también: Los Cristianos no deben pensar que Jesús los dejó en este mundo con ningún otro propósito mas que el de soportar el odio. Unidos con el Espíritu Santo, ellos son testigos.

b. Él dará testimonio acerca de mí…vosotros daréis testimonio también: Sin el testimonio del Espíritu, el testimonio de los discípulos no tendría poder; sin el testimonio de los discípulos, el Espíritu estaría restringido en Su manera de expresión. Dios pretende trabajar en sociedad con el hombre.

c. Él dará testimonio de mí: Todo lo que el Espíritu Santo hace es consistente con el testimonio de la naturaleza de Jesús. Su trabajo es decirnos y mostrarnos quién es Jesús. Si sucediera algún fenómeno espiritual que no es consistente con la naturaleza de Jesús, no es obra del Espíritu Santo. Él es Aquel que testificará de Jesús en todo lo que hace.

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