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David Guzik :: Éxodo 8 – Plagas sobre Egipto

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Éxodo 8 – Plagas sobre Egipto

A. La segunda plaga: Ranas

1. (Éxodo 8:1-4) La advertencia de la segunda plaga


Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. Y si no lo quisieres dejar ir, he aquí yo castigaré con ranas todos tus territorios. Y el río criará ranas, las cuales subirán y entrarán en tu casa, en la cámara donde duermes, y sobre tu cama, y en las casas de tus siervos, en tu pueblo, en tus hornos y en tus artesas. Y las ranas subirán sobre ti, sobre tu pueblo, y sobre todos tus siervos.

a. Entra a la presencia de Faraón: Esta serie de plagas terminaría con la muerte sobre casi cada hogar en Egipto. Dios pudo traer esta terrible última plaga primero, pero no lo hizo – y no lo hizo por un determinado propósito. Dios uso esta serie de plagas para glorificarse (especialmente sobre los dioses Egipcios), y para dar a Faraón una oportunidad de arrepentirse.

i. Debiéramos de ver la bondadosa misericordia de Dios al hacer esto. Él pudo haber ido directamente al juicio más severo, pero en lugar de eso Él le dio a Faraón muchas oportunidades de arrepentirse y de cambiar.

b. Yo castigaré con ranas todos tus territorios: Dios uso una plaga de ranas por una razón específica. La diosa Egipcia Heqet (o Heket) siempre era mostrada con la cabeza de una rana. Entre los antiguos Egipcios, las ranas eran consideradas sagradas y no se podían matar.

i. Los Egipcios adoraban a las ranas como una diosa porque era común ver a las ranas alrededor del Nilo, porque se reproducían rápidamente, y porque al ser anfibios pertenecían a dos mundos, siendo criaturas terrestres y marinas.

2. (Éxodo 8:5-7) Dios trae ranas a la tierra a través de Moisés y de Aarón y los hechiceros de Egipto hacen lo mismo.


Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, arroyos y estanques, para que haga subir ranas sobre la tierra de Egipto. Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto. Y los hechiceros hicieron lo mismo con sus encantamientos, e hicieron venir ranas sobre la tierra de Egipto.

a. Y subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto: Ya que los Egipcios adoraban a las ranas, Dios les dio una plaga de ranas. Vemos el determinado plan de Dios y su sentido del humor.

i. “Aunque él es el Señor de los ejércitos, él no necesita ejércitos poderosos, el ministerio de ángeles, o los relámpagos de juicio para castigar al pecador o a la nación pecadora; la rana o la mosca en sus manos son un suficiente instrumento de venganza.”(Clarke)

ii. “Aunque la primera y segunda plaga tratan sobre el agua, la tercera y cuarta tratan sobre la tierra; las siguientes cinco tratan sobre el aire; y la última trata sobre el hombre.” (Trapp)

b. Y los hechiceros hicieron lo mismo con sus encantamientos, e hicieron venir ranas: La habilidad de los hechiceros para hacer los mismo con sus encantamientos apunta a un poder sobrenatural que esta presente; este no era la obra de un mago bien preparado, este era el poder oculto obrando.

i. Con todos sus poderes ocultos, ¡todo lo que los hechiceros pudieron hacer fue traer más ranas! Solamente hicieron el problema peor; aún así, su obra le dio a Faraón una excusa para endurecer más su corazón.

3. (Éxodo 8:8-15) Faraón le pide ayuda a Moisés.


Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Orad a Jehová para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y dejaré ir a tu pueblo para que ofrezca sacrificios a Jehová. Y dijo Moisés a Faraón: Dígnate indicarme cuándo debo orar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas, y que solamente queden en el río. Y él dijo: Mañana. Y Moisés respondió: Se hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay como Jehová nuestro Dios. Y las ranas se irán de ti, y de tus casas, de tus siervos y de tu pueblo, y solamente quedarán en el río. Entonces salieron Moisés y Aarón de la presencia de Faraón. Y clamó Moisés a Jehová tocante a las ranas que había mandado a Faraón. E hizo Jehová conforme a la palabra de Moisés, y murieron las ranas de las casas, de los cortijos y de los campos. Y las juntaron en montones, y apestaba la tierra. Pero viendo Faraón que le habían dado reposo, endureció su corazón y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.

a. Orad a Jehová para que quite las ranas: Aquí, la promesa anterior de Dios (Éxodo 7:1) fue cumplida. Como un profeta de Dios, Moisés se paro en el lugar de Dios ante Faraón, y Faraón le hizo una petición a Dios a través de Moisés.

i. Orad: “Una palabra inusual la cual significa ‘intercede’, es la primera ocasión en la cual Faraón es movido, y en la cual él hace la promesa de dejar ir a Israel, una promesa que no guardó.” (Cole)

ii. “Las ranas no podían ser asesinadas debido a que eran sagradas, y aún así, un gran número de ellas empezarían a causarles odio debido a su repugnancia, y especialmente porque los Egipcios se esmeraban en tener todo limpio.” (Thomas)

b. E hizo Jehová conforme a la palabra de Moisés: Cuando Moisés oró, Dios contestó – y todas las ranas murieron. La descripción que se entiende de “y apestaba la tierra” nos da una idea de lo repugnante que eso era.

c. Endureció su corazón: Aún cuando la petición de Faraón fue concedida, su corazón no cambió – él endureció su corazón – y así Faraón actuó como Dios dijo que lo haría.

i. “Esto se convierte en un patrón familiar: cuando él no guardo su palabra la primera vez, no hay duda de que fuera fácil el hacerlo una y otra vez.” (Cole)

ii. “Faraón incremento su culpa. Sus votos aumentaron sus transgresiones. Él olvidó sus promesas; pero Dios no lo hizo. Ellos fueron mostrados en su contra.” (Spurgeon)

iii. “En cuanto a Faraón, es la historia de una voluntad fuerte, haciéndose estúpido a si mismo, durante todo el trayecto, hasta que las condiciones estaban más allá de la esperanza o el remedio, Dios le dio a él la oportunidad de utilizar esa voluntad fuerte en rendición.” (Morgan)

B. La tercera plaga: piojos.

1. (Éxodo 8:16-17) Dios le dice a Moisés que inicie la plaga de los piojos.


Entonces Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra, para que se vuelva piojos por todo el país de Egipto. Y ellos lo hicieron así; y Aarón extendió su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, el cual se volvió piojos, así en los hombres como en las bestias; todo el polvo de la tierra se volvió piojos en todo el país de Egipto.

a. Extiende tu vara: Esta plaga llego sin anunciarse. Esta vez Dios no mostró la misericordia de una advertencia e invitación de arrepentimiento a Faraón

i. Nunca debemos de pensar de que Dios es injusto cuando Él no muestra misericordia. Si alguien fuera totalmente justo, ellos nunca mostrarían misericordia.

b. Y golpeó el polvo de la tierra, el cual se volvió piojos, así en los hombres como en las bestias: Esta plaga golpeó en el corazón de la adoración de todos los Egipcios, especialmente a sus sacerdotes. Los sacerdotes Egipcios eran muy cuidadosos sobre la higiene y sobre los rituales de limpieza; una infestación de piojos no les permitió el adorar a sus dioses.

i. La plaga de piojos también cayó sobre cada bestia. Los dioses de Egipto no recibirían el sacrificio de animales infestados con piojos, así que esto detuvo su sistema de sacrificios.

2. (Éxodo 8:18-19) Los hechiceros de Egipto no pudieron duplicar la plaga.


Y los hechiceros hicieron así también, para sacar piojos con sus encantamientos; pero no pudieron. Y hubo piojos tanto en los hombres como en las bestias. Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.

a. Y los hechiceros hicieron así también, para sacar piojos con sus encantamientos; pero no pudieron: Estos hechiceros pudieron usar los poderes ocultas para cambiar la vara en una culebra, para cambiar el agua en sangre, para llamar a las ranas – pero no pudieron traer piojos. Esto muestra que aunque el poder de Satanás es grande, también esta limitado – y llego a su límite muy pronto.

b. Dedo de Dios es éste: Cuando los hechiceros dijeron esto a Faraón, mostró que ellos sabían que había un poder más grande que el que poseían, y era un poder que no honraban ni servían.

c. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó: El endurecimiento del corazón de Faraón se muestra cuando él ni siquiera escucharía el análisis de sus propios consejeros. No había ninguna razón lógica por la cual él insistía en resistir y rechazar a Jehová Dios.

C. La cuarta plaga: Moscas.

1. (Éxodo 8:20-23) Moisés advierte a Faraón de una plaga de moscas.


Jehová dijo a Moisés: Levántate de mañana y ponte delante de Faraón, he aquí él sale al río; y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. Porque si no dejas ir a mi pueblo, he aquí yo enviaré sobre ti, sobre tus siervos, sobre tu pueblo y sobre tus casas toda clase de moscas; y las casas de los egipcios se llenarán de toda clase de moscas, y asimismo la tierra donde ellos estén. Y aquel día yo apartaré la tierra de Gosén, en la cual habita mi pueblo, para que ninguna clase de moscas haya en ella, a fin de que sepas que yo soy Jehová en medio de la tierra. Y yo pondré redención entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será esta señal.

a. Deja ir a mi pueblo, para que me sirva: No hay ningún registro de la respuesta de Faraón a esta petición, pero cuando la plaga llegó, él obviamente no emblandeció su corazón hacia Jehová Dios o Israel. Quizás la reacción no fue descrita debido a que no hubo ninguna reacción; quizás él ignoró el mensaje de Moisés.

b. Y aquel día yo apartaré la tierra de Gosén: Esta es la primera vez que se menciona la idea de que la tierra de Gosén (donde la mayoría de los Israelitas vivían) fue librada en las plagas. Posiblemente, el puedo de Israel sufrió algo con las plagas anteriores. Pero en esta cuarta plaga ellos serían librados.

c. A fin de que sepas que yo soy Jehová en medio de la tierra: El ignorar a alguien demuestra tanto el odio como la manera misma de atacarlos. Si Faraón pensó que él podía ignorar a Dios y a Su mensajero, él estaba equivocado y las plagas continuarían.

d. Y yo pondré redención entre mi pueblo y el tuyo: Dios quería que Faraón supiera que había algo especial sobre el pueblo de Israel. Faraón se rehusó a reconocer esto, así que las plagas continuaron.

i. “Si solamente dejáramos obrar al Espíritu de Dios sin obstáculos, Él pondría en efecto una división interna. Nuestros gustos y deseos, nuestras esperanzas y anhelos, serían diferentes, y nosotros podríamos estar alertas sobre el crecimiento desigual entre nosotros y el mundo.” (Meyer)

2. (Éxodo 8:24) La plaga de las moscas llega


Y Jehová lo hizo así, y vino toda clase de moscas molestísimas sobre la casa de Faraón, sobre las casas de sus siervos, y sobre todo el país de Egipto; y la tierra fue corrompida a causa de ellas.

a. Y vino toda clase de moscas: Literalmente dice que Dios envió un enjambre (Hebreo, awrob) sobre Egipto; no especifica como era el enjambre. Pudo ser una variedad de insectos. En Salmos 78:45 dice que estos enjambres los devoraban, y esto indica que habían insectos que mordían de entre el enjambre.

i. Toda clase de moscas: “La palabra ocurre solamente aquí y en pasajes basados en este contexto, y su significado exacto es una conjetura. ‘Pulgas’ o ‘flebótomos’ son otras sugerencias: pero la mejor traducción es ‘mosquitos’ (Cole)

b. Sobre la casa de Faraón, sobre las casas de sus siervos, y sobre todo el país de Egipto: Ninguno se libró de esta terrible plaga – excepto el pueblo de Israel, quienes vivían en la tierra de Gosén (Éxodo 8:22).

c. Y la tierra fue corrompida a causa de ellas: Esto muestra que el punto de esta plaga era probablemente la misma que la plaga de piojos. Los dioses Egipcios no podían ser adorados en medio de esta impureza.

3. (Éxodo 8:25-27) Faraón trata de comprometerse con Moisés


Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Andad, ofreced sacrificio a vuestro Dios en la tierra. Y Moisés respondió: No conviene que hagamos así, porque ofreceríamos a Jehová nuestro Dios la abominación de los egipcios. He aquí, si sacrificáramos la abominación de los egipcios delante de ellos, ¿no nos apedrearían? Camino de tres días iremos por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehová nuestro Dios, como él nos dirá.

a. Andad, ofreced sacrificio a vuestro Dios en la tierra: Con esto, Faraón sugirió un compromiso, al permitir a Israel tener un día apartado para su Dios, pero demandando de que ellos se queden dentro de la tierra de Egipto para adorar. Faraón quería negociar con Moisés (y con Jehová), para encontrar un acuerdo en común.

i. “Esa es la verdadera actitud de un hombre de fe. La maldad siempre presentará algún compromiso. El escucharla significa el permanecer esclavo. La única manera hacia la libertad es el dejar la tierra malvada; el ir acompañado de las mujeres y los niños; y el llevarse todas las pertenencias también. Aquí es donde esa actitud se asume, que los hombres dejen la servidumbre, y encuentren la libertad la cual es el propósito de Dios para ellos.” (Morgan)

b. Si sacrificáramos la abominación de los egipcios delante de ellos, ¿no nos apedrearían? Moisés le recuerda a Faraón del impacto social que esto causaría, y se mantuvo a la petición original, se rehusó a comprometerse. El carácter de Moisés ha crecido delante de Faraón.

i. “Moisés se rehuso en los términos de que sacrificar en Egipto sería como matar un cerdo en una mezquita Musulmana, o matar a una vaca en un templo Hindú … En el sentido de que los Egipcios considerarían al sacrificio o al animal sagrado como blasfemia.” (Cole)

4. (Éxodo 8:28-32) El arrepentimiento falso de Faraón.


Dijo Faraón: Yo os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificios a Jehová vuestro Dios en el desierto, con tal que no vayáis más lejos; orad por mí. Y respondió Moisés: He aquí, al salir yo de tu presencia, rogaré a Jehová que las diversas clases de moscas se vayan de Faraón, y de sus siervos, y de su pueblo mañana; con tal que Faraón no falte más, no dejando ir al pueblo a dar sacrificio a Jehová. Entonces Moisés salió de la presencia de Faraón, y oró a Jehová. Y Jehová hizo conforme a la palabra de Moisés, y quitó todas aquellas moscas de Faraón, de sus siervos y de su pueblo, sin que quedara una. Mas Faraón endureció aun esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo.

a. Yo os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificios a Jehová vuestro Dios en el desierto: Esta era una promesa muy clara, y una de la cual Faraón no mantuvo. No podemos decir si Faraón deliberadamente mintió a Moisés o simplemente cambió de parecer una vez que la plaga de moscas se había ido.

i. Muchas personas se vuelven a Dios en un tiempo de calamidad, y cuando las cosas se ponen mejor, ellos casi inmediatamente cambian su corazón de nuevo endureciéndolo hacia Dios. Faraón no fue un ejemplo inusual de la humanidad; él fue como mucho o la mayoría de nosotros, modernos o antiguos.

ii. Yo os dejaré ir lleva el tono de que Faraón creía de que él controlaba a Israel o que le pertenecía. “Ellos no eran el pueblo de Faraón; Faraón nunca los eligió, él nunca los llevó a donde estaban. El no luchó con ellos y los venció. No eran reos de guerra, ni tampoco vivían en una tierra la cual estuviera en conflicto de intereses.” (Spurgeon)

b. Orad por mí: Esto mostraba que Faraón sabía perfectamente de donde venían las plagas, y de cómo se podían detener (pidiendo humildemente a Jehová Dios).

c. Faraón endureció aun esta vez su corazón: A pesar de la amabilidad de Dios hacia él y Egipto, Faraón continuó en endurecer su corazón. Esta es una demostración de que tan onda y severa era el endurecimiento gradual de su corazón.

i. Al continuar en pecado y al rechazar las oportunidades de Dios para nosotros para arrepentirnos y volvernos, el endurecimiento continua. Esto se ve comúnmente. Un hombre no comienza apostando su paga semanal; comienza al empezar una apuesta amistosa y continuarla, y su corazón empieza a endurecerse. Un hombre no empieza con una perversión vergonzosa; comienza con unas pocas revistas, un par de vídeos, y su corazón empieza a endurecerse. Una mujer no empieza adicta al alcohol; comienza a beber dentro de los círculos sociales, y su corazón empieza a endurecerse.

ii. “El borracho, el mismo asesino, es un hombre que en su inicio hizo mal tan lejos como pudo, y después se atreve a hacer el mal que a él en un principio le estremecía.” (Chadwick)

© 2012 David Guzik – No se permite la distribución más allá del uso personal sin autorización.

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