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David Guzik :: Juan 14 – El Jesús que se marcha

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Juan 14 – El Jesús que se marcha.

A. La relación de el Jesús que se marcha con el Padre.

1. (Juan 14:1-4) Jesús confirma una futura reunión en la casa de Su Padre.


No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.

a. No se turbe vuestro corazón: Aunque Él les dejará físicamente, no es para siempre. Jesús tiene la seguridad de que se encontrará con Pedro y los demás en la casa de Su Padre.

b. No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí: Aun cuando había una buena razón para que sus corazones estuvieran turbados, Jesús dice a Sus discípulos que confronten sus corazones atribulados con fe en el Padre y en el Hijo. No era necesario que se entregaran a sus emociones de temor y desesperanza – ellos realmente podrían no dejar que sus corazones se turbaran.

c. Voy, pues, a preparar lugar para vosotros: Tú sólo vas a preparar lugar para alguien que estás seguro va a llegar. Jesús podía decir esto al grupo solo después de que Judas se había ido. Él no iba a preparar lugar para Judas – por lo menos no un lugar en la casa del Padre.

d. Muchas moradas: A la luz del griego antiguo “mansiones” se traduce mejor como “lugares demorada.” El sustantivo mone (junto con el verbo meno, “quedar” o “permanecer”) significa “un lugar dónde quedarse.” Pero a la luz del carácter de Dios, es mejor traducirlo como mansiones. Cualquiera que sea el lugar de morada que Dios tiene para nosotros en el cielo, será tan glorioso como una mansión.

e. Os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis: El propósito principal del cielo es el de reunirnos con Jesús. El cielo es el cielo no por sus calles de oro, sus puertas de perla, ni siquiera por la presencia de los ángeles. El cielo es el cielo porque Jesús está ahí.

i. Despreocúpate, así como Jesús prepara un lugar para nosotros, también nos prepara a nosotros para ese lugar.

2. (Juan 14:5-6) Jesús es el camino exclusivo al Padre.


Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

a. Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: A la luz de los eventos próximos a ocurrir, esta declaración es una paradoja. El camino de Jesús sería la cruz. Él sería condenado por mentirosos descarados; Su cuerpo pronto reposaría en una tumba sin vida. Porque Él tomó ese camino, Él es el camino. Porque no refutó las mentiras, podemos creer que Él es la verdad; porque estuvo dispuesto a morir, Él viene a ser para nosotros el canal a la resurrección – la vida.

b. Nadie viene al Padre, sino por mí: ¿Es Jesús el único camino a Dios? Un desacuerdo muy común con el Cristianismo es, “Jesús y el Cristianismo están bien, y qué bueno que tengas un camino a Dios. Pero yo tengo mi propio camino, y los musulmanes tienen el suyo, y los budistas el suyo. Todos los caminos llevan a Dios si le buscamos sinceramente.”

i. Si algún Cristiano refuta tal declaración, se encuentran con un comentario como, “¿Qué derecho tienes de mandarme al infierno sólo porque no creo en Jesús como tú lo haces?”

ii. Pero la Biblia dice que Jesús es el único camino a Dios. ¿Cómo podemos decir esto? Empezamos con la verdad básica de que por lo menos Jesús es un camino a Dios. ¿Fue Él un profeta falso o verdadero? ¿Fue por lo menos un hombre honesto? Si Jesús es un profeta verdadero – o por lo menos un hombre honesto – entonces lo que dijo sobre sí mismo es verdad. Por lo tanto, Jesús es el único camino a Dios.

iii. Simplemente, si Jesús no es el único camino a Dios, entonces no es ningún camino a Dios. Si hay muchos caminos a Dios, entonces Jesús no es ninguno de ellos, porque Él absolutamente proclamó que sólo había un camino a Dios, y que Él mismo era ese camino. Si Jesús no es el único camino a Dios, entonces no era un hombre honesto; y ciertamente no era un profeta verdadero. Entonces hubiera sido o un loco o un demonio mentiroso. Aquí no hay medias tintas.

iv. A veces la gente objeta y dice, “Yo creo que Jesús fue un hombre honesto, y creo que fue un verdadero profeta. Pero realmente no creo que haya dicho esas cosas de sí mismo en los evangelios. Yo creo que los Cristianos añadieron esas cosas más tarde.” Pero no existe una razón objetiva para que una persona haga distinción entre “Jesús realmente dijo esto” o “Jesús realmente no dijo esto.” No tenemos textos antiguos que nos muestren únicamente los supuestos “verdaderos” dichos de Jesús. Cualquier distinción como esa está basada puramente en razones subjetivas – “Personalmente no pienso que Jesús hubiera dicho eso, por lo tanto, no lo dijo – los Cristianos pusieron esas palabras en Su boca más tarde.”

v. Si todo se reduce a opinión personal, podemos determinar lo que Jesús dijo o no dijo con nuestros propios caprichos – después podemos tirar los evangelios, punto. Realmente se trata de todo o nada. O aceptamos las palabras de Jesús registradas en los confiables documentos históricos y precisos, o los desechamos por completo.

vi. Yendo más allá, no es suficiente creer en Jesús meramente. La Biblia también nos dice que la obra expiatoria de Jesús en la cruz era la única manera en que se podía alcanzar la salvación. En el Getsemaní, la noche antes de Su muerte, Jesús oró si es posible, pase de mí esta copa (Mateo 26:39). Jesús pidió al Padre que si había alguna otra manera de lograr la salvación del hombre sin su obra expiatoria en la cruz, otra que no fuera el tomar la “copa” que representaba la ira de Dios derramada sobre Él por nosotros. Pero no había otra manera.

vii. Aun los demonios podían admitir la verdad de que Jesús era el Hijo de Dios (Mateo 8:29); pero no se sometieron a Jesús ni creyeron en Su obra redentora.

viii. La idea de que todas las creencias religiosas son igual de válidas, y de que lo importante es que seamos sinceros en lo que creemos es tan absurda que la gente lo aplica solamente a la religión. Si tu creyeras que eres una vaca – sinceramente, por supuesto – e insistieras en quedarte afuera y pastar en el jardín, vendrían hombres en batas blancas a llevarte. ¿Por qué no te dejan ser sincero en tus creencias? Porque objetivamente saben que estás equivocado. ¿Entonces por que aplicamos este pensamiento confuso a la religión?

ix. ¿Pero es el Cristianismo un fanatismo? Claro, existen personas que claman ser Cristianos que son de echo fanáticos. Pero el Cristianismo Bíblico es la religión más pluralista y tolerante que cualquier otra religión de todas las culturas en el mundo. Es más, el Cristianismo es la religión que abraza otras culturas y tiene gran urgencia de traducir las Escrituras en otros idiomas. Un Cristiano puede mantener su lengua nativa y su cultura y seguir a Jesús. Una antigua crítica del Cristianismo era que aceptaban a cualquiera! Esclavo o libre, rico o pobre, hombre o mujer; griego o bárbaro. Todos eran aceptados, pero en la base de la vedad revelada en Jesucristo. El abandonar esa base es suicidio espiritual, para hoy y para la eternidad.

3. (Juan 14:7-11) Jesús una vez más explica Su unidad y dependencia en el Padre.


Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto. Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.

a. ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido? La gentil reprimenda de Jesús podría muy bien ser dirigida a muchos hoy que asisten a las iglesias. Después de todo el tiempo que tenemos de asistir, realmente conocemos a Jesús?

b. El que me ha visto a mí, ha visto al Padre: Ninguna imagen o cuadro material podrían representar a Dios, pero una persona pudo – la persona de Jesús.

i. Esto para siempre termina con la idea que algunas personas tienen que hay un “Dios malo” en el Antiguo Testamento que Jesús de alguna manera tranquilizó y lo hizo bueno para que pudiéramos ser salvos. Si tu quieres saber cómo es Dios el Padre, mira a Jesús – el mismo amor, compasión, misericordia y bondad que es evidente en Jesús, es evidente en Dios el Padre. Ëxodo 34:5-9, entre otros pasajes, muestra esta naturaleza de Dios el Padre en el Antiguo Testamento.

4. (Juan 14:12-14) Cuando Jesús ascienda al Padre, Su obra continuará en la tierra.


De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

a. Las obras que yo hago, él las hará: Jesús no esperaba que Sus discípulos se disgregaran después de Su partida, sino que continuaran con la obra aun en mayor magnitud.

b. Y aun mayores hará: Esta promesa parece imposible; sin embargo, después del primer sermón de Pedro hubo más convertidos que los registrados durante todo el ministerio de Jesús.

i. Mayores no significa “más sensacionales” sino mayores en magnitud. Jesús deja una iglesia victoriosa y trabajadora, no una acobardada.

c. Todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré: En mi nombre no es una oración tipo lámpara de Aladino, significa dos cosas, un endoso (como de un cheque) y una limitación (las solicitudes deben estar de acuerdo con el carácter del nombre). Venimos ante Dios en el nombre de Jesús, no en el nuestro.

d. Para que el Padre sea glorificado en el Hijo: Uno oración verdadera en el nombre de Jesús siempre tiene este objetivo. Ya que Jesús tuvo esa pasión, orar en el nombre de Jesús significa que la oración tendrá esa misma pasión. Seguro, esta es una oración que Dios contestará!

B. El Jesús que se marcha da la promesa del Espíritu Santo.

1. (Juan 14:15-18) La promesa de enviar a el Ayudador.


Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.

a. Si me amáis, guardad mis mandamientos: Esta es una medida razonable de nuestro amor por Jesús. Es fácil pensar en amar a Jesús en términos meramente sentimentales o emocionales. Es maravilloso cuando nuestro amor por Jesús contiene sentimiento y pasión, pero siempre debe estar conectado a guardar Sus mandamientos, o no será amor para nada.

b. Yo rogaré al Padre: Dios aun trabaja en nosotros para que le amemos con mayor perfección.

i. Juan 14:16 es uno de los versículos en la Biblia que muestra el tema fundamental de la Trinidad. Dios el Hijo ora a Dios el Padre que nos envíe a Dios el Espíritu Santo.

c. Él os dará otro Consolador: Consolador es la traducción de la palabra “parakletos” en el griego antiguo. Esto significa “ una persona convocada a ayudarnos,” y se puede referir a un consejero, defensor legal, a un mediador o a un intercesor.

i. Otro consolador: La palabra “otro” es la antigua palabra griega “allen,” que significa “otro del mismo tipo” no otro de diferente tipo. Así como Jesús muestra la naturaleza de Dios el Padre, el Espíritu Santo – siendo “otro del mismo tipo” – mostrará la naturaleza de Jesús.

ii. Esencialmente, El Espíritu Santo es enviado para dar poder y ayudar al creyente a vivir su vida Cristiana. Las mayores obras descritas en Juan 14:12-14 son imposibles sin el poder descrito en Juan 14:15-18.

d. Para que esté con vosotros para siempre: Jesús dará el Espíritu Santo para que Él (una persona, no una cosa) esté en nosotros permanentemente, no temporalmente (como en el Antiguo Testamento).

e. Al cual el mundo no puede recibir: El mundo no puede entender o recibir el Espíritu, porque Él es Santo y verdadero.

f. Vendré a vosotros: Jesús vuelve a prometer que vendrá otra vez (previamente en Juan 14:3). Esta fue una clara promesa cumplida en Su resurrección, en enviar al Espíritu, y especialmente en la promesa de Su regreso físico la tierra.

2. (Juan 14:19-24) Después de Su partida, Jesús únicamente se manifestará en los corazones que le aman y que honran Su palabra.


Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.

a. Vosotros conoceréis…el que me ama…el que tiene mis mandamientos: Confiar, amar y obedecer a Jesús son acciones que dependen unas de otras.

b. El que me ama, mi palabra guardará: Si amamos a Jesús, se mostrará en un genuino amor por Su palabra – y no sólo un amor que admira Su palabra, sino que obedece – guarda Su palabra.

3. (Juan 14:25-27) El Jesús que se marcha deja dos regalos: el Espíritu Santo y Su paz.


Os he dicho estas cosas estando con vosotros. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

a. El Consolador…La paz os dejo: Jesús no tenía fortuna qué legar a Sus seguidores, pero les da regalos que no se pueden comprar – la presencia del Espíritu Santo y la presencia de paz.

i. ¿Cuántas vidas derrotadas comprarían el poder del Espíritu Santo si pudieran? ¿Cuántas almas perturbadas comprarían la paz de Jesús? No se pueden comprar, pero Jesús las da como regalos a Su pueblo.

ii. “Todos los hombres desean paz, pero muy pocos desean aquellas cosas que hacen la paz.” (Thomas a´ Kempis)

b. No se turbe vuestro corazón: Estos regalos no nos ofrecen estar exentos de las tormentas de la vida, pero nos prometen el poder y la paz para hacer frente a cualquier tormenta.

4. (Juan 14:28-29) La partida de Jesús al Padre es un acontecimiento felíz.


Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo. Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis.

a. Si me amarais, os habríais regocijado: Esto era difícil de creer para los discípulos; Pero la partida de Jesús realmente era lo mejor. Era lo mejor para Jesús, lo mejor para los discípulos, y lo mejor para el mundo. Jesús quiere que los discípulos se den cuenta de esto, y por eso dice cuando regresa hacia Dios el Padre, “Si me amarais, os habríais regocijado.”

b. El Padre mayor es que yo: El Padre es mayor que el Hijo en posición (particularmente en relación a la encarnación), no en esencia ni en existencia. Si Jesús no fuera Dios en esencia, sería absurdo para Él compararse a sí mismo con Dios en posición. ¿De qué manera sería una revelación que un simple hombre o aun un ángel dijera, “Dios es más grande que yo”?

5. (Juan 14:30-31) Jesús va voluntariamente, no como uno que está siendo abrumado por Satanás.


No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y el nada tiene en mí. Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vamos de aquí.

a. El príncipe de este mundo…nada tiene en mí: Qué maravillosa declaración! Jesús declara que Satanás no tiene ningún gancho, ni fortaleza ni ventaja o engaño sobre Él. Satanás no está empujando a Jesús a la cruz. Jesús va en amor y obediencia a Dios el Padre, y por amor a la humanidad caída.

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